Crónica del Huerto Escolar: 12ª semana

Crónica semanal sobre los trabajos en el huerto escolar del Aula Apícola Sierra de Hoyo.

Semana duodécima: 9 de abril.

Dice un refrán: “Abril, abril, tu agua para otro y tu sol para mí.” Bien, pues parece que abril tuviera en cuenta el refrán, porque llevamos unos días en que el sol luce como en los grandes días de primavera. Sólo hace falta que dure.

Por fin, ayudados de una trampa especial para estos fines, hemos conseguido atrapar a nuestro gazapo “Silvestre”. Así que hemos subido a nuestro huerto a quitarle la malla de protección que le habíamos colocado para evitar que campara a sus anchas y se diera unos cuantos atracones con nuestras lechugas, nuestra coles y nuestras habas gallegas. A pesar del desastre de nuestros tomates, ahora sin las mallas, es como si nuestras plantas se desperezaran y dieran de repente un gran estirón,  como les sucede a los niños cuando quieren llegar a la adolescencia. Los vemos más grandes de lo que nos habíamos imaginado.

Aprovechamos para darles un buen mullido aflojándoles la tierra, al tiempo que se la arrimamos alrededor para que conserven el mayor tiempo posible la humedad que todavía tienen cerca de las raíces. Si alguna vez cultivasteis la tierra, os habréis dado cuenta que, después de mullida, huele de otra manera y toma un color oscuro o, más bien, pardo que diría don Antonio Machado. Y las plantas se muestran con todo esplendor el color verde específico de cada una de ellas. A nosotros nos parecen niños recién peinados y vestidos de gala para acudir a una fiesta. Bueno, por qué no mencionarlo, ésta es la parte emocional que proporciona el cultivo de la tierra, que no es poco.

Lo que sigue ya no resulta tan poético, pero son labores que exige nuestra granja, complementarias de nuestro huerto. Sencillamente, nos hemos dedicado a retirarles el estiércol a Pedro y Rayón, que, por cierto, habían acumulado un montón relativamente grande. Más de lo que esperábamos.

Bueno, hablando de Rayón, no sabemos si comentaros que ayer ha tenido que acudir el veterinario para extirparle un pequeño bulto que le había salido en la ingle. Según el técnico, parece que es algo relativamente frecuente. Hoy, pues, está de convalecencia, pero o no tiene dolores o es muy sufrido, porque el pobre no ha variado lo más mínimo su buen humor.

El burro Rayon en el Aula Apícola Sierra de Hoyo

Nuestro burro Raýon

Hasta la próxima semana y que continúe brillando el sol.

José Núñez López

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