Los productos de las abejas
Aquí tenéis las respuestas a las preguntas que os hacíamos en la décima y última ficha de nuestro concurso apícola online, sobre los productos de las abejas.
Como de costumbre, vamos ahora además a contaros algunas cosillas sobre este tema, por si os quedasteis con alguna duda.
Estos son los principales productos de las abejas:
Miel, polen, jalea real, propóleo, cera y polinización.
Como podéis ver, nosotros hemos incluído uno que, a lo mejor, en otros sitios que hayáis consultado no habíais visto: la polinización. ¡Y a nuestro juicio es el más importante!.
Miel
La miel, es el alimento energético por excelencia, rico en azúcares, procedente del néctar de las plantas que las abejas recolectan y transforman. Constituye la base alimenticia de las abejas.
Una variedad de miel, no procedente del néctar de las plantas, son los mielatos, procedentes de secreciones de partes vivas de las plantas o de insectos chupadores presentes en ellas.
La miel, ha sido generalmente considerada un alimento, y muy particularmente un condimento edulcorante.
Como alimento, con azúcares de asimilación directa, supone un aporte energético importante, que favorece la recuperación física y aporta resistencia. Se han descrito también efectos benéficos sobre el sistema circulatorio, el hígado, los intestinos (tiene un suave efecto laxante) o los riñones y las vías urinarias, por su efecto diurético. Como es lógico, sus propiedades variarán también ligeramente en función de la planta origen del néctar a partir del que haya sido elaborada.
Además de como alimento o las derivadas de su ingesta, la miel tiene otras importantes propiedades, como cicatrizante o agente antibacteriano, que ya eran bien conocidas desde la antigüedad.
En la actualidad existen incluso hospitales que utilizan la miel para la curación de heridas y quemaduras.
Polen
Las abejas recolectan el polen de los estambres, que son la parte masculina de las flores. Lo recogen en forma de polvillo, que tras amasar con un poco de néctar o miel moldean formando bolitas que transportan a la colmena en su tercer par de patas, como ya vimos en este mismo blog.
El polen es el alimento básico en el desarrollo de las larvas de abejas, gracias a su riqueza en proteínas (se calcula que un 20-30%), aminoácidos, minerales, vitaminas y enzimas.
Jalea real
Como ya vimos, la jalea real la producen las propias abejas a través de sus glándulas hipofaríngeas. Tiene un aspecto de pasta blanco-amarillenta con un característico sabor ácido.
Para comprender la importancia de este alimento en la colmena, basta con ver las consecuencias que la diferencia de alimentación entre las abejas obreras y las reinas tiene sobre unas y otras. Como ya vimos, las abejas obrera reciben jalea sólo durante tres días de su desarrollo mientras que la reina recibe jalea real durante todo su desarrollo larval. Pues bien, esa simple diferencia, supone que las abejas obreras no sean hembras fértiles por no tener desarrollado su aparato genital, mientras que la abeja reina sí lo es. Y que mientras una obrera vive una media de 30 días cuando está en época de pecorea, la reina puede llegar a vivir hasta cuatro o cinco años.
Se trata de un producto complejo, cuyos efectos sobre quienes la ingieren no están del todo claros, si bien podrían citarse la recuperación de las fuerzas y el apetito, el aumento del tono vital, o el refuerzo del sistema inmunitario. Tiene aplicaciones también en numerosos preparados cosméticos.
Propóleo
Son sustancias resinosas recolectadas por las abejas de algunos árboles.
El simple origen de la palabra, derivada del griego pro (para” o “en defensa de”) y polis (“ciudad”), o sea, “en defensa de la colmena”, ya nos da una idea de sus principales funciones en la colmena. El propóleo se utiliza para mantener la asepsia en el interior de la colmena, tapar rendijas y juntas para aislarla del frío y la humedad, y evitar la putrefacción de otros insectos o animales intrusos como ratones que por su tamaño las abejas no pueden sacar de la colmena una vez muertos.
Su aspecto es resinoso, y tanto su olor como su color puede variar mucho dependiendo de la planta de origen.
Su sabor es amargo, y su consumo más habitual es en forma de tinturas en alcohol, o en forma de grageas o caramelos con miel.
Está considerado un poderoso antioxidante, y estimulante del sistema inmunológico, siendo sus principales aplicaciones las derivadas de su poder cicatrizante y desinfectante, y también de su poder antifúngico.
Veneno de abejas
El veneno de abejas, es empleado en medicina alternativa, principalmente basándose en su capacidad vasodilatadora y capacidad para aumentar la circulación sanguínea. Se emplea, por ejemplo, para el tratamiento de afecciones como el reúma o la artrosis.
La técnica, llamada apiterapia, consistente en inyectar al paciente la apitoxina o veneno de las abejas, sin dejar que se desprendan totalmente de su aguijón y, por tanto, evitando su muerte.
Cera
Como ya hemos visto, la cera es el material con el que las abejas construyen sus panales.
A lo largo de la historia, este producto de las abejas ha tenido una enorme importancia su utilización para fabricación de velas, uno de las únicas formas de iluminación existente durante siglos.
La cera de abeja tiene además propiedades terapéuticas: tiene propiedades antibacterianas y emolientes, así como cicatrizantes. Es muy buena para la piel porque además de aportar vitaminas y antioxidantes, retiene la humedad, incentivando la renovación celular para luchar contra el envejecimiento de la piel. De ahí su empleo para fabricar bálsamos labiales, o cremas.
Otro de su uso histórico es para protección y embellecimiento de superficies de madera.
Polinización
Y por último, no debemos olvidarnos de citar como uno de los principales productos de las abejas, su labor como polinizador. De hecho, podría decirse que es el producto más importante que ofrecen a su entorno, y por supuesto al ser humano.
No debemos olvidarnos de que las abejas son los polinizadores más eficientes y productivos que existen, y que podría decirse que de su labor polinizadora depende el 80% de las plantas con flores que se cultivan.
La polinización de abejas tiene también importancia y aplicación directa en programas de recuperación de fauna amenazada, como el oso pardo o el urogallo cantábrico, o en recuperación de zonas forestales degradadas.
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