Abejas y Cambio Climático

Ayer, con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que se está celebrando en Glasgow, nos llamaron de la radio para charlar con nosotros sobre cómo afecta el Cambio Climático a las abejas.

Es, además, una pregunta que suelen hacernos muchos de nuestros visitantes.

Abejas y Cambio Climático

Abejas y Cambio Climático

Todos los que trabajamos en contacto con el campo, y en concreto pendientes de las plantas con flores, vemos cómo el clima influye sobre ellas. Y todo lo que influye sobre estas plantas influye sobre las abejas, para las que son fuente de alimento.

No es pues complicado deducir de forma intuitiva cuáles son algunas de las consecuencias del cambio climático sobre las abejas.

Por ejemplo, vemos que se suceden periodos de sequía prolongada durante meses. Ello por supuesto, influye sobre las abejas puesto que produce una menor cantidad de plantas con flores, y un acortamiento de la duración de muchas floraciones, reduciendo la disponibilidad de néctar y polen, y por tanto de sus fuentes de alimento.

Y además, como ya vimos en este mismo blog, el agua es un producto importantísimo para las abejas, no sólo para su alimentación, sino para la regulación térmica de la colmena.

Del mismo modo, el caso opuesto, es decir, lluvias torrenciales o en periodos prolongados, también pueden ser perjudiciales.

Es cierto que llover durante otoño e invierno favorece una mayor floración. Pero si esas lluvias se producen de forma torrencial o en periodos muy prolongados de tiempo, especialmente en época de floración, también tienen su impacto negativo.

Por un lado, puede producirse un “lavado” de las flores reduciendo la cantidad de polen disponible. Y por otro, más importante aún, acorta el periodo de tiempo durante el que las abejas pueden aprovechar esas floraciones.

Tanto en un caso como en otro, un empobrecimiento de la alimentación de las abejas, además de reducir su aporte de reservas de cara al invierno y por tanto su posibilidad de sobrevivir a él (y más aún, como luego veremos, si su consumo de alimento es excesivo en esa época), puede debilitar su sistema inmunológico y por tanto hacerlas más vulnerables a determinadas enfermedades.

Otro factor que también influye, son las alteraciones en el periodo de floración de muchas plantas. Estas alteraciones producen un ·”desfase” entre la disponibilidad de néctar y polen en el campo y la población de abejas en la colmena. Las abejas, adaptan su población a los periodos de máxima floración. Si estos se adelantan, las colonias de abejas no estarán preparadas para aprovecharlos al máximo, puesto que su población en ese momento es insuficiente. Se produce una pérdida de sincronía entre sus ciclos biológicos perjudicial para ambos, dado que el proceso de recolección/polinización es un evento clave para cada una de ellas. Las abejas verán mermado su aporte de alimento, y las plantas verán alterado su ciclo de reproducción. Se pierde así una sincronía conseguida a lo largo de millones de años de proceso coevolutivo entre ambas especies.

Otro factor muy perjudicial, son las variaciones bruscas de temperaturas, y las temperaturas anómalas para las distintas estaciones del año.

Como ya vimos en este mismo blog, en invierno, en condiciones normales, las abejas pasan el tiempo en el interior de la colmena optimizando recursos (energía aportada por sus reservas de miel y polen) para mantener la temperatura del nido. Temperaturas anormalmente altas en invierno, pueden dar lugar a periodos de actividad anormales de las abejas, e incluso de ovoposición, que redundan en un excesivo consumo de recursos. Y dado que en invierno no hay fuentes de néctar y polen disponibles en el campo, este exceso de consumo no se verá compensado por un aporte extra de reservas para la colonia. Ello, puede provocar su muerte por hambre antes de llegar a la primavera.

Incendios forestales, fenómenos meteorológicos extremos, condiciones propicias para la proliferación o mayor afección de especies invasoras o patógenas dañinas para las abejas, contribuirían a la “foto final” de este efecto del cambio climático sobre las abejas.

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