Vida en la madera muerta

Recientemente, el enorme alcornoque centenario del parque de La Cabilda, en Hoyo de Manzanares, no ha podido aguantar el peso de sus muchos años, y su tronco, debilitado por otras formas de vida que lo ocupaban, ha cedido ante el envite de un vendaval, quebrándose.

Alcornoque La Cabilda

Cuando un árbol muere, la vida no termina en él; insectos, plantas, hongos,… lo colonizan de forma progresiva para alimentarse o refugiarse creando un hábitat repleto de vida, clave para mantener la biodiversidad en los bosques, y en ocasiones incluso imprescindible para la supervivencia de determinadas especies.

La invasión del árbol por multitud de organismos facilita su descomposición; hongos y bacterias, hormigas carpinteras, termitas y larvas de  otros insectos, aportan nutrientes y crean un laberinto de túneles que puede ser usado por otros seres. Poco a poco el árbol irá debilitándose hasta caer, como ha ocurrido con este alcornoque, rompiéndose en trozos que se irán descomponiendo y fragmentando. Las raíces invadirán la madera hasta alcanzar la médula, y el tronco irá siendo ocupado por gran variedad de animales que se alimentan de las plantas y cuyos cadáveres, a su vez, servirán para incubar esporas de hongos, sustrato de otras especies invasoras. Todo está relacionado.

Al final del ciclo, que durará décadas, el árbol habrá sido hogar de multitud de organismos y base  de una larga cadena alimenticia.

Biodiversidad en los bosques: vida después de la muerte

Aunque el destino final de este árbol centenario y emblemático será probablemente dar calor en las chimeneas de los vecinos de Hoyo, algunas de sus partes tendrán también una segunda vida.

Con la pertinente autorización de los Agentes Forestales y del Ayuntamiento, hemos cogido un par de trozos, que pasarán a formar parte como recurso educativo de nuestra Senda Temática, para que los visitantes puedan apreciar algunas diferencias entre las principales especies autóctonas de árboles de nuestra sierra, y como ejemplo ilustrativo de la importancia de los árboles muertos en nuestros bosques.

Uno de los troncos, totalmente hueco, podrá albergar una colonia de abejas como la que ya habita alguno de los alcornoques vecinos, también enfermos, y convertirse en una colmena idéntica a la que usarían los primeros habitantes de Hoyo de Manzanares.

biodiversidad en los bosques

Tronco de alcornoque hueco, cuyo destino será convertirse en una colmena tradicional.

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