Etnobotánica y arte en el Aula Apícola

Hace unos días os anunciábamos la celebración en el Aula Apícola Sierra de Hoyo de un taller muy especial, impartido por los botanófilos Ana González Garzo y Augusto Krause, y por el artista Joaquín Vila, en el que se aunaban la etnobotánica y el arte.

Algo más que etnobotánica

Más que un simple taller de etnobotánica, no creemos exagerar al decir que fue una experiencia impactante y enormemente enriquecedora para todos los asistentes.Taller de etnobotánica en el Aula Apícola Sierra de Hoyo

El taller se inició con un paseo por los alrededores del Aula durante el que Ana y Augusto nos deleitaron con sus enormes conocimientos sobre las plantas, sus propiedades medicinales y culinarias, curiosidades y leyendas. Identificamos plantas, las olimos, las comimos, aprendimos cómo las usaban nuestros antepasados y cómo aplicarlas en la cocina o en la elaboración de tinturas, cremas, infusiones…,

Los asistentes tomaban apuntes frenéticamente, hacían fotos, preguntaban, probaban ésta y aquella planta,… Una experiencia que dudamos que ninguno de los asistentes pueda olvidar, no solo por la calidad y cantidad de los conocimientos transmitidos, sino por la simpatía y emoción con que Ana y Augusto comparten su sabiduría, fruto de toda una vida de estudio y experimentación.

Pjoako2or la tarde era el turno de Joaquín Vila y su taller sobre ilustración botánica. Un taller nada convencional, durante el cual Joaquín nos mostró su particular visión sobre cómo mirar y representar las plantas, a través no sólo de la simple observación sino empleando todos los sentidos para intentar plasmar olores, texturas, sensaciones… Otra experiencia en la que se combinaron técnica, experimentación personal y emociones.

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Al día siguiente, Ana y Augusto nos enseñaron cómo elaborar tintas con pigmentos naturales como las que ellos utilizan para la elaboración de las láminas de su impresionante herbario, de las cuales hasta escriben los textos con plumas de ave que ellos mismos fabrican. Esas mismas tintas, fueron luego usadas por los asistentes para trabajar sus propias láminas, continuando con el taller de Joaquín.

taller de etnobotánicaMientras, a fuego lento, se cocía un «ceratum», ungüento elaborado con base de cera de abejas y varias plantas recolectadas en el campo, del cual los asistentes pudieron llevarse un tarro a casa.

En resumen, toda una experiencia tras de la cual, además de alegrarnos por el enorme éxito cosechado, solo nos cabe agradecer y dar la enhorabuena a Joaquín por la organización del mismo, y a Ana y Augusto el privilegio de haber podido contar con su participación.

Si se repite ¡ no os lo perdáis !.

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