Informar a las abejas. Una ancestral tradición.

En muchos lugares de Europa (Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, España…), hay una bella tradición, según la cual las abejas son consideradas parte de la familia. Y por tanto, deben ser informadas de todas las muertes de la familia y acontecimientos especiales.

La superstición dice que si su dueño muere, las abejas deben ser informadas de la defunción y puestas de luto, porque de lo contrario se alejarán y morirán, o abandonarán sus colmenas y se irán. La fórmula para informarlas varía poco de un lugar a otro. Un miembro de la familia camina sombríamente hacia ellas, y cubre las colmenas con un paño negro para ponerlas de luto. Porque las abejas se supone que sienten el dolor a causa de la muerte de su amo. Y al igual que los amigos de su amo, deben llevar las señales de luto. El informante toca tres veces en cada colmena con la llave de la casa y dice; «abejas, abejas, abejas, vuestro amo ha muerto». Y añade: «vuestro nuevo amo es (quien corresponda)”.

Contándoselo a las abejas

Este vídeo, de 1926, refleja esta tradición en Holanda.

Informar a las abejas

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La superstición dice que da mala suerte comprar abejas de un hombre muerto, por lo que siempre se regalan al nuevo amo.

Si un miembro de la familia muere, el dueño de las abejas las informará, mencionando únicamente por el grado de relación que tenía con él el difunto: “el hermano de vuestro amo, su hermana, tía, etc, ha muerto”.

En Devonshire, informar a las abejas era considerado tan de vital importancia, que se dice que en una ocasión un aprendiz fue enviado de vuelta durante la procesión fúnebre para informar a las abejas, porque se habían olvidado de hacerlo.

En Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco se sigue teniendo recuerdo de esta costumbre, no así en el resto de España, Portugal, Italia e islas mediterráneas.

En Baztán, por ejemplo, cuando alguien moría la señora de la casa iba a las colmenas e informaba a las abejas de la defunción, diciéndoles además que debían fabricar más cera para los cirios que debían alumbrar al difunto durante el velatorio y el funeral.

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