Crónica de un huerto escolar: 3ª semana

Como os prometimos, aquí va la segunda crónica de nuestro nuevo colaborador :

3 de febrero del 2014.

Enero ha sido pertinaz en lluvias y en Hoyo, concretamente, se ha despedido lloviendo, por lo que pedimos al cielo que no intente contagiar a febrero…. Pues, a pesar de que dice el refrán que “agua de febrero llena el granero”, nosotros le replicaríamos “si nos deja sementar primero”.

 Dentro de la tercera semana de cultivo de nuestro huerto escolar, las labores van progresando paulatinamente. Como habíamos adelantado la semana anterior, en estos días hemos trabajado en los bancales 3, 4 y 5. En el 3 y el 5, hemos efectuado una profunda labor de volteo incorporándoles estiércol y compost suficientes.

bancales huerto escolar Aula Apícola Hoyo

Bancales de nuestro huerto escolar

La tierra así volteada, la dejaremos algunos días para que, al mismo tiempo que se oxigena, comience a asimilar el fertilizante incorporado. Pasado un tiempo, le daremos otro removido para que se esponje, de manera que ya quede dispuesta para proceder a su ocupación con lo que se nos antoje.

Invernadero del huerto escolar

Montando el invernadero

A causa de lo que ha llovido durante el invierno, la tierra se hallaba bastante compacta y dura. Pero nosotros hemos seguido el consejo del refranero del hortelano: “cava hondo y echa basura, y olvida los libros de agricultura”. No debemos extrañarnos de este dicho, pues antiguamente el refranero era el libro del hortelano que iba pasando de generación en generación. Y, aunque no debemos fiarnos de él a pies juntillas, tampoco debemos relegarlo al olvido.

En el bancal nº 4, que está ocupado con las plantas aromáticas, simplemente les hemos escardado las malas hierbas, al tiempo que les aireamos la tierra. ¡No os imagináis cómo nos lo han agradecido! Antes apenas se podían ver entre la maleza. En cambio ahora, al mirarlas, parecen unas niñas recién lavadas y peinadas con su raya al medio.

Ah, bueno, hemos adquirido ya el pequeño invernadero y estamos procediendo a instalarlo en el bancal nº 5, hasta que necesitemos el suelo para la siembra de las patatas. Entre tanto, pondremos a su cobijo los contenedores con las semillas de las espinacas, que en abril habremos de trasplantar.

Tampoco nos fiamos demasiado de los caprichos de febrero, pues escuchad lo que ya pensaban de él nuestros antepasados: “Febrero febrerín, el más corto y el más ruin”.

La próxima semana estaremos aquí de nuevo.

José Núñez López

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