El aguijón de las abejas. Leyenda Cherokee.

«»En otra ocasión, os hablaremos sobre el aguijón de las abejas. Aquí, vamos simplemente a reproducir esta preciosa leyenda, con enseñanza incluida, de los indios Cherokee.

abejas indias

Pintura sobre un tambor, probablemente representando abejas.

Cómo consiguieron las abejas su aguijón.

En los tiempos antiguos, cuando la gente era más pura y podía conversar con los animales y el Creador los visitaba, la gente pidió al Creador algo que fuera dulce. Entonces el Creador envió a la Abeja, pero la Abeja no tenía aguijón. La Abeja bajó, y halló un árbol conveniente en el cual podrían construir su colmena, habitar, producir miel, multiplicarse y alimentar a sus crías.

Pronto, la gente acudió a la Abeja y le pidió algo de miel, y la Abeja dio a cada persona un recipiente lleno. A la gente le encantó la miel, la comió con avidez, y volvió a la Abeja a por más. Pero la Abeja replicó, «no tendré más para darte en un tiempo. Tendrás que esperar». A la gente no le gustó, pues ansiaba el dulce jarabe. Así que llamaron al Creador, diciendo, «las Abejas no nos dan bastante de ese dulce jarabe». ¡¡¡Queremos mas!!!». El creador escuchó y envió a la tierra a la Gente Flor. La Gente Flor comenzó a propagar todo tipo de flores a través de la tierra, dando a las Abejas más cantidad y variedad de flores para polinizar y hacer más miel.

La Flor propagó todo tipo de bellas flores salvajes para atraer e las Abejas; azules brillantes, rojas, naranjas, púrpuras y amarillas. Más Abejas fueron creadas para ayudar a polinizar las flores. La colmena creció hasta hacerse muy grande. La gente, viendo cuán grande era la colmena, acudió para conseguir más miel. Así que las Abejas les dieron a la gente toda la miel, salvo una poca que se quedó para alimentar a sus crías.

La gente devoró la miel y quiso más. La Abeja respondió, «no nos queda, tendrás que esperar». La gente se enfadó, y pidió a la Gente Flor que hiciera más flores de modo que ellos pudieran conseguir más de aquel dorado jarabe para comer. La Gente Flor respondió, «hicimos todas las flores que pudimos y ya están todas polinizadas. Vais a tener que esperar hasta la primavera». «No», dijo la gente, «¡¡queremos más ahora!!». De modo que volvieron a la colmena de las Abejas, y la destrozaron, matando a la mayoría de las Abejas y llevándose la miel. Las Abejas sobrevivientes se enfadaron. Preguntaron al Creador qué hacer. El Creador también estaba irritado por el comportamiento de la gente, así que le dijo a la Gente Flor que creasen algunos  arbustos de brezo, y a las Abejas que los comiesen. Las Abejas hicieron lo que el Creador les había dicho, comieron los brezos y estos fueron transformados en aguijones. La Gente Flor creó una mancha de brezo alrededor del árbol de las Abejas. Al día siguiente, la gente rodeó a las Abejas buscando más miel; pero los brezos que rodeaban el árbol de las Abejas arañaron y desgarraron sus cuerpos.  Algunas gentes llegaron a la colmena a través de los brezos. Cubiertos con mantos, gritaron a las abejas, «¡dadnos más miel ahora, o haremos lo mismo que hicimos ayer, matar a vuestras crías y destruir vuestro hogar!». Las Abejas se enfadaron,  un ruidoso zumbido salió de la colmena del árbol, y ellas salieron en enjambre. Las Abejas picaron a la gente hasta que ésta consiguió protegerse y huir corriendo. Después de aquel día, la gente trató a las Abejas, flores y plantas con gran respeto y prometieron reponer todo cuanto pidiesen y no codiciar o tomar más de lo que necesitasen.

«La mosca del hombre blanco»

Así es como los nativos americanos, llamaban a la abeja melífera, «la mosca del hombre blanco». Antes de que los europeos introdujeran la abeja melífera en el continente, los nativos americanos recolectaban miel de los nidos de las abejas salvajes, utilizando humo para poder acceder a los panales, que rompían para coger la miel. Cuando la apicultura fue introducida en Norteamérica, los Cherokees, una vez que vieron que las abejas podían ser utilizadas para «trabajar» para ellos, fueron una de las primeras tribus que comenzaron a practicar el arte de la apicultura.

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