Colmena de abejas ¿Monarquía o República?

No, no vamos a hablar de política, sino de la colmena de abejas.

Aunque en otros posts hablaremos sobre este tema, mencionaremos hoy que existen tres tipos de abejas; la reina (hembra), los zánganos (machos), y las obreras (hembras). La reina es la única abeja fértil, capaz de poner huevos de los que luego nacerán otras abejas, machos ó hembras. Las obreras son la mayor parte de las abejas de la colmena, y son las que desempeñan la mayor parte de las tareas, a excepción de la fecundación de la reina, única tarea de la que se encargan los zánganos, y de poner huevos, única tarea que desempeña la reina. De las tres castas de abejas, solo la reina y las obreras tienen aguijón; los zánganos, que son las más grandes de las tres, no tienen aguijón.

La colmena de abejas para algunos escritorios de la antigüedad

Aunque hoy es bien conocida la existencia de estos tres tipos de abejas y la función de cada una de ellas el desarrollo de la colonia, no siempre fue así; la abeja, ha sido uno de los animales más estudiados del reino animal, existiendo tratados sobre ellas de autores clásicos como Aristóteles, Virgilio, Plinio, Columela,… cuyos conocimientos, como es lógico, distaban mucho del conocimiento que actualmente se tiene, fruto de siglos de estudios y descubrimientos. Desde la perspectiva actual, resulta curioso e incluso enternecedor releer lo que algunos sabios de la antigüedad deducían de su interpretación de la realidad que observaban en una colmena de abejas.

Colmena de abejas

Grabado de una edición alemana de 1565 del Naturalis historia, de Plinio el Viejo

Así nos lo describe el Abate Rozier en su «Curso Completo ó Diccionario Universal de Agricultura teórica, práctica, económica, y de medicina rural y veterinaria» (1797) :

«Dictamen de los antiguos filósofos sobre el jefe de la república de las abejas.

Los antiguos filósofos no han conocido el sexo del jefe de la república de las abejas, a quien daban título de rey. Aristóteles, Virgilio, Plinio, Columela, y otros muchos después de ellos, han pensado que el jefe era macho, aunque estaban persuadidos que no contribuía a la reproducción de la especie. Ellos distinguían dos jefes; el uno, rey legítimo, era de un bello color dorado, y tenía la cabeza ceñida de una diadema muy perceptible; su ademán fiero y firme no permitía desconocerle por el legítimo poseedor de un trono adonde le habían elevado así la elección de las abejas como los derechos de su nacimiento. Su origen era de los más ilustres; y Plinio asegura que no pasaba por todos los grados de la infancia a que estaban sujetas las demás abejas. El otro rey, al contrario, de un color negro y de una forma deforme, solo mostraba un vil usurpador indigno del trono que quería invadir. Aristóteles es el único que ha admitido muchos reyes en la república de las abejas, y pensaba que sus funciones eran fecundar las hembras. Plinio pretendía que se criaban muchos, y que después las abejas escogían a aquel que les convenía, y arrojaban los otros como reyes inútiles, que hubieran esparcido la discordia en el estado. Aristóteles había concedido un aguijón al rey de las abejas; pero no obstante quería que no hiciese uso de él, porque juzgaba indigno de la majestad de un soberano combatir él mismo con sus enemigos, o castigar a sus súbditos rebeldes: estos cuidados estaban sometidos a los oficiales destinados a la guardia de su persona, y a sus líctores. Séneca, Plinio, Columela, no querían de modo alguno que un monarca, que debía a sus súbditos el ejemplo de la dulzura y de la paz, trajese un arma, que en un movimiento de cólera podía exponerle a salir de los límites de una moderación pacífica.»

En posteriores posts, veremos que a esta concepción de la colmena de abejas como una monarquía, se han unido a lo largo de la historia una multitud de interpretaciones y visiones de tipo político; monarquías autoritarias, repúblicas, sociedades comunistas…

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